lunes, 26 de octubre de 2009

Musica para torturar.

Yo que tu me pensaría eso de abrir la radio o bajarme un *mp3 para oir determinada canción. Y me cuidaría aún más del volumen. En estas fechas se ha comentado un tema más o menos reiterativo en los medios de comunicación, que consiste en la utilización de canciones comerciales de los más varidos grupos _de esas que estás harto de oir_ para torturar a prisioneros.

Grupos famosos, canciones del top ten, algunas infantiles, etc. están formando parte del llamado "iPod de Guantánamo", y muchos de ellos están clamando y reclamando judicialmente al uso acostumbrado en los EEUU por el uso final que han hecho de sus composiciones. Su utilización como elemento de tortura se basa en la repetición continuada y prolongada más un volumen exageradamente alto. No sé hasta que punto se puede establecer una diferenciación en el uso "normalizado" de tales radio hits, sí en lo cuantitativo, pero no en lo cualitativo... !? A algunos les podría venir ahora maldecir a su vecino, o puede recordar el dolor de cabeza que atribuyó falsamente a la resca; y también hacer una reflexión en lo propio y en lo ajeno de la habitual utilización de reproductores mp3.

Y es aquí donde me pregunto cómo es que otros terrestres se dedican a oir incansablemente, de motu proprio, determinadas canciones y sonidos durante tiempos larguísimos, a los cuales llaman mantras, y los escuchan, cantan u oyen de forma interiorizada, veces y veces y veces y ...


En la tradición occidental están los rezos, con los que los mantras orientales guardan algunas similitudes. Alguien puede recordar la imagen del rosario o las llamadas cuentas, que a fin de llevar contabilizadas las veces que llevan en el canto o interiorización del rezo o mantra. En oriente suelen practicar unas 108 veces cada mantra en la serie que reciten, pudiendo en algunos casos llegar hasta los 21.600 (Sri Swami Sivanada indica tal cifra resultado de multiplicar 200 malas X 108, siendo ésta última el producto de multiplicas las 12 casas solares por los 9 planetas del sistema).

Me planteo la bondad que pueda contener la música que tant@s dejan entrar en su casa o descargan en su reproductor. Ante la duda, se podría sugerir a esos muchos que apenas tararean el inglés o que su fuerte no es el oido, que ya puestos, hay mantras como Govinda, Sivoham, Om Namah Shivaya, etc. que sin entender tampoco nada, realmente, están llenos de alegría y son totalmente ecológicos, sin ninguna carga tóxica. Y desde luego, el resto también está invitado a probar: existen muchas versiones y a cual más alegre. Os animo a probar e ir experimentando, aunque yo me daría una cierta prisa: recuerda que le pasaba al agua de Masaru Emoto, lo fea que se ponía frente a determinadas músicas, y que los humanos estais hechos en un 65% aproximadamente por agua!